Adolescentes medicados: ¿Qué los lleva a consumir antidepresivos?
Especialistas explican cuáles son las principales causas por las que se medica a un adolescente; cada vez son más los padres preocupados por este fenómeno.
Martín tenía 12 años cuando empezó a tener problemas en el colegio. Muchos de sus compañeros lo burlaban por sus kilos de más y su rendimiento académico era cada vez peor. "Martín se había alejado de su círculo de amigos y pasaba todo el día encerrado en su habitación", cuenta Pedro, el padre del menor que prefirió no dar a conocer su apellido. Según su relato, el adolescente terminó repitiendo de año y, aún al cambiarlo de colegio, la situación no se revertía.
"Martín no nos hablaba, ni a mi mujer ni a mí. No se comunicaba con nadie, no sabíamos qué hacer", dice el padre. Y fue así que Pedro decidió contactarse con un psicólogo para intentar resolver la situación. Luego de la entrevista de admisión con un equipo multidisciplinario, el mismo concluyó que Martín debía ser derivado a psiquiatría. Hoy, el adolescente de 14 años se encuentra medicado con Sertralina, un antidepresivo que se prescribe principalmente para el trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno de pánico y fobia social, tanto en adultos como niños. "Poco a poco va cambiando ciertas conductas y su médico estima que en menos de un año ya estaría terminando el tratamiento", cuenta Pedro.
Como Martín, cada vez son más los jóvenes argentinos que consumen antidepresivos y tanto especialistas como padres se muestran preocupados por este fenómeno que, según afirman, crece año tras año. En la Argentina no hay cifras oficiales específicas para este sector etario, pero según la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA), en abril de este año -último dato disponible- se vendieron 14.680 cajas de antidepresivos más que en el mes anterior. La cantidad de prescripciones crece de manera constante.
El subdirector del Hospital Borda, Daniel Cichello, dice: "Hoy en una guardia de un hospital general el 40% de las consultas se relaciona con trastornos psiquiátricos. Este aumento es una tendencia a nivel mundial, lo raro de nuestro país es que tenemos mucha patología de primer mundo sin estar allí".
En el caso de España, un país desarrollado y comparable con el nuestro, se registra un incremento del 200% en el consumo de antidepresivos en adolescentes, según los datos publicados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps). Allí mismo, los últimos informes del Instituto Nacional de Estadística (INE) indicaron que cada año más de 3000 menores de 14 años son ingresados por problemas de salud mental como esquizofrenia, psicosis y trastornos de la personalidad. Las cifras mencionadas no contabilizan a quienes no reciben atención hospitalaria pero sí tratamiento psiquiátrico especializado. Por su parte, la Aemps informó también que la depresión es una enfermedad que afecta a unas 350 millones de personas en el mundo.
Según afirma la directora de Psiquiatría Infanto-Juvenil de la UBA, Mónica Oliver, las causas de este incremento no pueden solamente ser pensadas desde el campo de la salud mental sino que están determinadas por diversos tipos de factores sociales, políticos, económicos, culturales. "No es lo mismo ser adolescente en una ciudad peligrosa, donde hay trata de personas o narcotráfico que serlo en una sociedad donde el menor puede salir a la calle sin miedo", dice.
Los especialistas consultados sostienen que para acceder a las causas que desencadenan la depresión en los adolescentes se debe realizar un análisis en conjunto, es decir, a través de un trabajo multidisciplinario que aborde cada cuestión desde su eje. "Trastornos alimenticios, déficit de atención, consumo de sustancias y fobias sociales son las principales causas del aumento del consumo de antidepresivos en la población argentina menor de 18 años", detalla Oliver.
Según su relato, la aceleración de la vida, las multitareas, la falta de tiempo para los encuentros humanos y las metas materiales altas llevan a que tanto menores como adultos tengan una sensación muy importante de aislamiento y soledad; siendo que paradójicamente vivimos en la era de la comunicación.
"Los adultos estamos muy ocupados con proyectos extra familiares y las casas se han vaciado bastante. La vida afectiva nutre, contiene, metaboliza. Ahora se ven muchos adolescentes en situación de soledad real. Todos estos son factores de riesgo que hacen que, al ocurrir un hecho puntual, se desencadene el cuadro. Siempre hay que pensar en la multicausalidad", explica Oliver.
MEDICAR, ¿LA ÚNICA SALIDA?
No todos los especialistas coinciden en que medicar a un menor sea la solución contra el problema. Mientras algunos proponen probar con terapias previas, otros afirman que hay casos en los que sí se requiere la medicación sin importar la edad del paciente. "Un adolescente tiene una situación caótica porque se peleó con una amiga y cuando se va a dormir parece que se le termina el mundo. Sin embargo, al otro día se levanta y se va al colegio como si nada hubiese pasado. La adolescencia es inestable por sí misma, pero no por eso tienen que tomar antidepresivos. Aún así, cada vez son más los casos que no se solucionan con la terapia y ahí sí hay que recurrir a tratamiento psicofarmacológico", dice el subdirector del Borda.
Por su parte, Oliver explica que es importante analizar cada cuadro sin caer en el reduccionismo ya que alrededor de la cuestión suelen haber muchas variables en juego. "Nunca es lineal sino más bien multideterminado", dice. La especialista afirma que previo a recetar antidepresivos, más aún al hablar de menores, se debe tener en cuenta a cada individuo dentro de un todo, es decir, la vida personal en el marco de una historia social.
"A veces no queda otra alternativa. Cuando tenés un joven con trastornos de alimentación graves, con ideas suicidas y conductas autoagresivas, es necesario tomar medidas. Las alarmas suenan y es importante escucharlas a tiempo, porque no es que un día el chico se despertó y se quiso matar", dice Cichello.
Oliver agrega que en la actualidad el campo de la depresión está directamente relacionado con el aumento de la tasa de suicidios en adolescentes y es ahí cuando se debe actuar de inmediato. Según un estudio del Ministerio de Salud de la Nación, las tasas de mortalidad por suicidio tienden a aumentar con la edad, pero en los últimos años se ha registrado en todo el mundo un aumento alarmante de comportamiento suicida entre los jóvenes de 15 a 25 años. "Debemos evitar que este índice continúe creciendo en forma progresiva y constante", dice la especialista.
Frente a esta situación, los expertos coinciden en la necesidad de hacer un análisis en profundidad sobre en qué casos realmente hay que utilizar antidepresivos, cómo evitar el abandono de los tratamientos, cómo trabajar con los padres para lograr una adecuada administración de los medicamentos y cuál es el especialista indicado en cada caso para prescribirlos.
Por lo tanto, cuando aparece un cuadro depresivo en menores lo primero que debería hacerse es un diagnóstico completo. Esto implica evaluar todas las variables en juego, no solamente lo biológico sino también lo intrapsíquico, la vincularidad y el entorno para, finalmente, realizar un abordaje total del caso. Los especialistas consultados afirman que estos temas deben ser tratados mediante estrategias psicosociales, es decir, teniendo en cuenta tanto el aspecto familiar como el grupal.
El adolescente necesita vivir en una sociedad segura que le permita jugar con la vida e ir probando para encontrarse a sí mismo. Necesita una sociedad que lo sostenga y en la que pueda elegir quién ser y no ser atacado por eso.
"El adolescente necesita vivir en una sociedad segura que le permita jugar con la vida e ir probando para encontrarse a sí mismo. Necesita una sociedad que lo sostenga en la diferenciación donde pueda elegir quién ser y no ser atacado por eso. La sociedad debe garantizar que no sea usado, abusado o utilizado con fines comerciales ya que es una etapa muy especial. Los chicos se alejan de la familia y tienen que encontrar en el afuera una sociedad que los reciba y proteja", dice la psiquiatra Oliver.
En casos en que se recurra a la medicación, los tratamientos no suelen ser de carácter permanente. Es por ello que, una vez diagnosticado, se comienza con dosis mínimas hasta llegar a las apropiadas, se mantiene un tiempo (aproximadamente un año en los primeros tratamientos) y después se reduce hasta dejarlos por completo. Incluso, cada vez son más los especialistas que afirman que al tratar una neurosis leve o moderada en el menor se evita una neurosis grave en el adulto.
Oliver sostiene que es necesario analizar cuáles son los cambios positivos que ha traído la vida contemporánea y aplicarlos a favor nuestro. "Debemos comprometernos de inmediato, familiar y socialmente a combatir este fenómeno", dice. A veces, existe también una barrera impuesta por los padres ya que son pocos los que se animan a enfrentar, tratar y compartir el problema. "Como papá me costó mucho asumir que mi hijo necesitaba medicarse, uno quiere verlo siempre sano, bien y feliz y a veces cuesta abrir los ojos a otras realidades", reconoce Pedro.
Irina Wakstein.
Fonte: http://www.lanacion.com.ar/1804799-adolescentes-medicados-que-los-lleva-a-consumir-antidepresivos.